Historias del Abuelo
Esta mañana, cuando saí a comer un pastel a media mañana, porque ya estaba cansado del estrés del trabajo, bajé con un amigo, y antes de volver a la oficina, mientras él se fumaba un cigarrillo, salió a flote, en medio de la charla, un tema... bonito.
Terminamos hablando de los abuelos, yo le conté cómo mi abuela estaba muy triste por la muerte del hermano (que fue ayer), cómo ella cuando pequeña había sido prácticamente la mamá de los hermanos, porque el papá había muerto mucho tiempo antes. Cómo mi abuelo, trabajando de chofer, había salido de un pueblo de la mitad de Santander (Jesús María) y había decidido venir a probar suerte a Bogotá, cargando con las 5 niñas pequeñas y con la esposa. Cómo había vivido, promero de busetas, y después de un depósito de madera que fue el que le dió estudio a las 5 niñas y al niño menor (que si nació en Bogotá)... Mi amigo me contó cómo uno de sus abuelos era campesino, y había tenido a 2 hijas y, aunque solo había estudiado primaria, sacó universitarias a las 2 niñas y cómo el otro abuelo también vino del campo, se dedicó a vender arena para constructoras y solo el menor de sus hijos (el papá de mi amigo) estudió en la universidad.
Esto me hizo recordar los domingos por la tarde, cuando, en la casa de mis abuelos, de pronto alguno empieza a contar cómo cuando pequeños capturaban las hormigas culonas para fritarlas, o cómo perseguían los gatos del vecino, o cómo mi tía casi le quita un dedo a otra tía, o cómo mi tio tuvo que caminar todo un dia desde el cuartel hasta la casa, cuando le comunicaron que ya no iba a prestar el servicio militar...
Son historias cortas, historias perdidas entre tantas historias de tantas personas de Colombia, pero historias de nuestros ancestros cercanos, que son parte de la historia propia, y que es muy bonito recordar y conocer.
Son historias del abuelo... y de la abuela.
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